domingo, 27 de marzo de 2016

¿A alguien más le pasa esto?

Como ya más o menos todos sabéis, yo vivo en la carretera. Es lo que tiene ganarse la vida conduciendo, ¿no? Y claro, una de las cosas que tiene la solitaria (pero viril y masculina) vida del conductor es que desarrollas tus propios hábitos y manías. 

En particular yo tengo una: escuchar música en aleatorio siempre que no hay radio, por aquello de no tener que preocuparme de estar escuchando siempre lo mismo. Me gusta confiar con placidez en la estupenda labor de la opción de reproducción aleatoria que tan cómodamente han incluido para mí en todas partes.  

¿He dicho 'me gusta'? Oh, perdón... ¡qué torpeza la mía! Quise decir que 'me gustaría' confiar. Porque a ver, que yo me entere: ¿Quién es el maníaco que programa cómo funcionan las reproducciones aleatorias? ¿QUIÉN?

Yo con la radio cuando me suena por cuarta vez consecutiva la misma canción

10 carpetas de música, más de 30 discos diferentes, cerca de las 400 canciones y casi 15 horas de música, y en un viaje de 150 kilómetros me sale 4 veces la misma canción SEGUIDA, y otras dos se repiten en dos ocasiones... ¡venga ya! 

Y es que esto no es un caso aislado, un expediente X que dijéramos: no. Me pasa siempre  ¡SIEMPRE! Empiezo a pensar que algún matemático cabrón especialmente troll se ha dedicado a programar la reproducción aleatoria con algún tipo de ecuación que haga que cuanto más escuchas en aleatorio, más probable es que se repitan las canciones

Y el caso es que, consultado (de nuevo) a un nutrido grupo de expertos en la materia (que además prácticamente aún no habían empezado con las cervezas cuando comencé mis pesquisas) con la finalidad de averiguar si sólo me sucede a mí, resulta que no, que se trata de un fenómeno relativamente frecuente

La otra explicación posible de por qué suena la música que le da la gana

Yo pensaba que esta semana santa me iba a comer un kilo de torrijas, pero para torrija la que lleva el reproductor de mi coche, joder. Como me vuelva a sonar la dichosa cancioncita de los Knicks en las próximas 2 semanas la borro del reproductor. 

¿Vosotros escucháis música en aleatorio alguna vez? ¿Os pasa esto? ¿Os sentís perseguidos por la improbable probabilidad de que una canción os salga 3 o 4 veces seguidas? ¡No me dejéis con la intriga! Temo que quizá mi nutrido grupo de fiables expertos quizá no sea tan útil como me creo. 

Más: anteriormente en La fabulosa Gallina De Goma, Rock&Roll

jueves, 17 de marzo de 2016

¿Cómo no voy a llevar yo un blog si mis posts se escriben solos? Joder, mi descubrimiento del otro día en una gasolinera se me tiró a las manos por sí mismo y me dijo: reséñame como a una de tus chicas francesas. Y no pude resistirme.

Porque veréis, ninguna de las vivencias que me hayan ocurrido a lo largo de mis veintimuchos años de vida podría haberme preparado para lo que me encontré antes de ayer, nada pudo hacerme prever tan prodigiosa creación humana.
 
LA máquina. En mayúsculas, obviamente.

Esto, que a simple vista podría pasar como una máquina expendedora cualquiera es sin duda lo más fabuloso que jamás me encontré en un cuarto de baño. ¿Cepillos de dientes? ¿Chicles? ¿Profilácticos? ¿Profilácticos con sabor a chicle? Nada de eso, queridos amigos. Acercaos, acercaos más. Redoble de tambores.

¡Excelsos tangas a 1 euro!

Damas y caballeros, niños y niñas: ¡con todos ustedes la séptima maravilla nunca antes vista en nuestro país! Directamente importada desde las más retorcidas fábricas niponas y dirigido a un público tan respetado como ustedes les traigo los fabulosos, los inimitables, los irrepetibles, los increíbles... ¡tangas de máquina expendedora! 

¡Sorprende a tu pareja!

Sorprende a tu pareja con uno de los fastuosos tangas de la prestigiosa marca 'Show it'. Estos prodigios de la alta costura son una obra de arte con tan sólo un 5% de lycra. ¡Alta calidad! ¡Talla única! ¡Cientos de modelos! Créanme caballeros: si no consigue sorprenderla con un tanga metido en una bola, nada lo hará.

¡Hazte con todos!

Observen el embalaje, fruto del duro trabajo de los mejores ingenieros del mundo. Diseñado para agradar a la par que proteger, esta cómoda bola de plástico es sin duda el envoltorio perfecto para que su pareja quede ojiplática. ¡Nunca antes a nadie se le había ocurrido vender lujosa lencería femenina en tan esférico formato! ¡Nunca antes una bola de máquina expendedora había soñado guardar en su interior tan erótico contenido!

¿No sentís como os aumenta la libido solo con mirarlo?

Examinamos el producto: de incomparable suavidad y textura, y con unos colores que sin duda evocan al amor verdadero, este soberbio lujo para cubrir las partes más íntimas de las mujeres es a la vez capaz de estimular las más salvajes fantasías sexuales de los hombres. ¡Qué erotismo desenfrenado! ¡Qué súmmum sexual! 

Y la etiqueta... ¡observen el delicado detalle de la etiqueta! Una rosa para inducir al inequívoco pensamiento de pureza, una delicada flor como la que sin duda se guarda bajo nuestra prenda. Recién cosida por las expertas manos de nuestra mano de obra infantil explotada en las más ocultas aldeas chinas.

Me tocó un tanga de hilo, claramente

Veamos ahora la parte trasera del producto, nunca mejor dicho. Su estilizada goma elástica en el color rojo fuego de la pasión sin duda quedará fenomenal asomando por encima del vaquero de su pareja. Además, tiene el diámetro perfecto para poder ser arrancado de una sola mordida para mayor comodidad. Excepcional, sutil, sensual: sin duda la prenda sexy definitiva.

Nada dice 'Te quiero' como la lencería de máquina expendedora

Y el acabado. Por Diox, el acabado. Nada transmite el amor verdadero mejor que un par de corazones ensartados en una flecha cupidesca impresos sobre un tanga metido en una bola. Joder, si quieres cautivar o incluso terminar de enamorar a tu pareja no lo dudes: los tangas de máquina expendedora son sin duda tu mejor alternativa. 

Sí, vale. Me he comprado uno, lo admito. Pero es que eran taaaaan necesario... ahora vive en una estantería desde dónde planeo cobrar un euro por la posibilidad de echarle un vistazo. ¿Vosotros habríais dejado pasar la oportunidad de comprar un tanga de máquina expendedora por 1 euro? ¿Os hubieráis perdido semajante ganga? Chicas que leáis esto... ¿no estáis deseando que vuestra pareja ahora mismo os regale un par de cientos de bolas de esta máquina expendedora? ¿No sería la sorpresa de vuestra vida? 

Más: anteriormente en La Fabulosa Gallina de Goma, Costreando por tu cumpleaños

sábado, 12 de marzo de 2016

¿Qué el Pop es mejor que el Rock? ¡Ven que te reviento!

Cuando era un chaval, y ojo que no digo que ya no lo sea, tenía un problema enorme. Uno inmenso, titánico, de proporciones colosales y con unas fauces que podrían devorar sin esfuerzo a un elefante de tamaño (y aspecto) normal. Y es que cuando todo el mundo escuchaba 'bacalao' o rap yo escuchaba Rock

Lo digo sin tapujos, porque ya lo sabéis: escucho Rock&Roll, desde ahora y desde siempre, pero elegir la senda del metal implica que durante unos años tendrás que andar un camino empedrado, empinado, cuesta arriba.  Porque veréis, a mis amigos de entonces nos les gustaba la misma música que a mí.

Y joder, no era culpa mía: me habría encantado poder encender la radio, sintonizar los 40 secundarios y dejarme llevar por el cómodo vaivén del oleaje de las modas. Pero no pudo ser: desde el momento en que descubrí el ritmo metálico, acelerado y guitarrero quedé condenado socialmente a pertenecer a una de esas tribus subdesarrolladas sin apenas capacidad para distinguir la buena música. JA.   

El problema del que os hablaba, MÍ gran problema, era la incompatibilidad de nuestros gustos musicales en espacios cerrados y reducidos tales como casas o coches. Porque gracias al democrático poder de la mayoría, siempre tenía que aguantar yo la música (de la más bastarda calidad) de mis queridísimos amigos, y eso me daba mil patadas.  
 
Holden vente a Fabrik, que pin que pan, que pan que pum.

El caso es que, movido por ese incómodo sentimiento de agradar a quienes se metieran en mi coche (estoy seguro de que todos sabéis de qué sensación hablo), traté siempre de llevar la música que gustase a la novieta de turno o al grupito de amigos con el que fuésemos a ir de viaje.  

Y claro, las ganas de tratar de agradar al prójimo entraban en conflicto con la lógica y el raciocinio del Holden de aquella época ya que: ¿Si soy yo el que conduce no debería ser yo el que fuera cómodo? ¿No debería pensar un poquito más en mí mismo? ¿No debería abandonar a esa gente en una cuneta para que muriesen junto con su lamentable gusto musical? 

Entonces fue cuando conocí a Z, de quién he aprendido alguna que otra lección. Hay que decir que Z sigue siendo muy amigo mío hoy en día, y es algo mayor que yo. Es de esos chicos que uno decide que tiene que tomar como ejemplo, porque veréis, la primera vez que nos subimos al coche de Z, estaba escuchando Heavy Metal, y ante la primera crítica simplemente dijo:

-Me suda los cojones.

Así, tal cual. Más de 3000 años de compleja evolución del lenguaje y el trabajo de todos los lingüistas que jamás ocuparán un sillón de la RAE para sintetizar que su opinión le interesaba lo mismo que la secreción cutánea de sus gametos masculinos. Y fue mano de santo, oye: ya nadie le dijo más. 

¿Que si te voy a poner el último disco de Reguetón en mi coche?

Como es natural, quedé francamente sorprendido por la sencillez de Z, y en parte un poco enamorado de esa capacidad de transformar las cosas difíciles en fáciles y desde entonces (aunque con un uso del lenguaje al más trabajado) adopté esa misma actitud: mi coche, mi música. 

Y vosotros, ¿habéis tenido que adaptaros a algo que os desagradase por culpa de vuestros amigos? ¿Nadie se siente un poquito identificado con esta historia? ¿Qué música escuchas?

Más: anteriormente en La Fabulosa Gallina de Goma, 5 cosas sobre mí

domingo, 6 de marzo de 2016

La peor pesadilla de un zombie

Menudo mendrugo soy, joder. Mira que lo digo siempre: que soy un despistado, que siempre se me están olvidando las cosas importantes... y es que, que se me olvide el cumpleaños de algún amigo tiene un pase, pero esto es para matarme. Tengo una empanada mental de lo más patosa, la verdad. 

No puedo creer que no haya dicho nada aún por aquí del tema de los zombies, joder, si sé de buena tinta que aquí sois todos unos verdaderos fanáticos de los cadáveres andantes... ¿lo sois, verdad?

Todo empieza con JuanRa Diablo, un bloguero humilde, modesto y genial que tiene un blog -salvando las distancias- similar al mío,  en el que básicamente escribe en su casa virtual de lo que le apetece y cuando le apetece, que para eso la hipoteca la paga él.  A 40 años, joder, lo que le queda al pobrecillo. 

Decía, pues, que JuanRa tiene un blog. Si aún pertenecéis a esa alarmante y despistada minoría que no le conoce, recomiendo encarecidamente que os deis un garbeo por su casita cibernética. El caso es que, como buen amante de los muertos vivientes, decidió que le apetecía convertirse en un docto y afamado literato en la materia por el sencillo método de escribir una aventura sobre ellos

Un par de despistados corriendo a leer 'The Zombie Experience'

¿Y qué se le ha ocurrido? Nada más y nada menos que escribir The Zombie Experience, un blog en el que en cada entrada avanza un poquito más en una trama que ha parido él mismo desde sus tripas y en el que los personajes somos blogueros que le seguimos y conocidos suyos. Y no es por fardar, pero mi personaje es el que más mola. Si, no tengo abuela, ¿qué pasa? 

Además, las decisiones de vital importancia las deja -y esto es muy interesante- en las manos de quienes comentamos en su blog. ¿A qué mola la idea? ¿Quién va a morir? ¿Quién va a ser el cadáver más sexi? ¿Quién va a ser la última persona en el planeta al que le toque la lotería y no pueda disfrutarla porque todo se ha visto inmerso en una marea de hambre por la carne humana?

Joder, si yo fuera vosotros me estarían temblando las rodillas de la emoción y correría sin esperar ni un minuto más a visitar ese pedazo de blog que, además, sólo lleva 7 capítulos por lo que aún podéis sumergiros en la historia sin mucho esfuerzo y además, mi personaje es sexy y lleva un hacha. ¿Qué más alicientes necesitáis? 

Oh, y si con esto aún no os he dado ganas de conocer a JuanRa Diablo, tiene un tercer (¡3!) blog llamado 'El álbum del diablo' dónde colecciona fotos de objetos con la temática evidente. Sí, es rojo. Sí, no premia a los que se portan mal. No, no es Papá Noel, caray, que parece que hay que explicarlo todo.

Así de chafado se ha quedado al enterarse de que no era el prota del blog de JuanRa

Venga, reconocédmelo... ¿A qué os habría molado tener un personaje (aunque sólo fuera un papel minúsculo escondido en una esquina que únicamente puede verse durante 3 segundos) en esta historia? ¿Alguno sois de esos locuelos que dicen 'la hacha' en femenino?

Más: anteriormente en La Fabulosa Gallina de Goma, Survival Zombie