lunes, 3 de noviembre de 2014

La historia jamás contada y otras cosas por las que mataría a martillazos en la cabeza. (Cosas que me sacan de mis casillas)

Hoy en día ya puede uno ser el mayor experto en una materia, que siempre llegará una peli de mierda y te dejará a la altura del betún. En serio, puedes haber leído toda la vida y obra de -por poner un ejemplo al azar- Manuel Machado, haber leído sus biografías, estudiado su vida desde el punto de vista de sus conocidos, haber entrevistado a sus descendientes y llevar una camiseta de fútbol con su nombre, que no faltará el día en que llegue un gilipollas y te lo ponga en duda. Si amigos, así es. 

-“¿Cómo?”- se estarán preguntando en estos momentos. Pues muy fácil: la macroindustria cinematográfica de Hollywood tiene la fea costumbre de imponerse sin el más mínimo esfuerzo a la sabiduría y a la cultura.


Por poner un ejemplo (al azar, claro) de hoy en día: llevas toda tu vida leyendo sobre vampiros. O sea, el puto Bram Stoker tuvo que inventar una máquina del tiempo, viajar al futuro (nuestro presente) y entrevistarte, y volverse a su época para escribir “Drácula”. Puedes ser el mayor experto en el personaje histórico Vlad Dracul o Vlad el empalador como es más popularmente conocido. Puedes haber estudiado el origen de la mitología vampírica, tener una tesis en la universidad de Masachusets, haber sido consultado por Anne Rice, y tener una plaquita en tu casa firmada por todo el consejo de ministros europeo (si, en minúscula, no merecéis mi respeto so chorizos) que te acredita como el tipo que más sabe del tema in the world.

Pero eso sí, sacan una nueva película de Drácula con el subtítulo –La historia jamás contada- en donde paren su propia versión basura de la historia, que no faltará el subsabido amigote que merece dos collejas que te dirá en medio de una disertación sobre vampiros: “no tío, no tienes ni puta idea, yo LO vi una película y te puedo asegurar  que el origen de Drácula es otro, mucho más dramático y sentimental. Pobrecito”.   


Tócate la polla. La historia jamás contada, y se quedan más anchos que largos. O sea, no es que lo que tú creías que sabías estaba mal, simplemente es que de esto todavía no te habías enterado, pero es un descubrimiento casi científico. Un puto hecho, vamos. Y si no te gusta te chinchas. 

Y por si alguien se lo estaba preguntando, no me gustan los vampiros. Era solo un ejemplo al azar pero bien aplicable a muchos casos. Lo juro.

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