domingo, 23 de mayo de 2010

"Tal vez la invitación debería ir precedida de un obsequio. En ningún caso debo enviarle dinero, pero, si a pesar de todo decidiera enviárselo, mejor en billetes de banco que en monedas. Las joyas presuponen una relación formal. Un perfume es un regalo delicado, pero muy personal; se corre el riesgo de no acertar el gusto de la persona a la que se desea obsequiar. Laxantes, emulsivos, apósitos, vermicidas, antireumáticos y demás productos farmaceúticos, excluidos. Es muy posible que le gusten las flores y los animales domesticos. Podría enviarle una rosa y dos docenas de dobermans."

Esta cita pertenece al libro de Eduardo Mendoza "Sin noticias de Gurb", y debo decir que siempre que tengo que hacer un regalo a alguien por compromiso, pienso cosas parecidas. ¿Soy acaso tan raro como un extraterrestre?